domingo, 18 de enero de 2009

Alejemos la depresión

Hay dos modos de enfocar la vida: con optimismo y con pesimismo. El optimista sano tiene los pies en la tierra, se propone en la vida metas claras pero sencillas y asequibles, que disfruta en las cosas más corrientes del día a día. Se siente dichoso por cuanto ha logrado, y acoge sus deseos más hermosos con la certeza de que se harán realidad. De forma consciente activa sus emociones positivas, y aprende a protegerse de las personas tóxicas, disfruta su trabajo diario, se abre a los demás porque sabe que dar y darse enriquece y construye, etc. Fomentando esta actitud optimista se puede superar la depresión. Podría ser útil, por ejemplo, dedicar una sesión semanal con un terapeuta, a detectar pensamientos tóxicos, disfuncionales, y reconvertirlos en pensamientos, sentimientos y conductas sanas, que nos ayuden a superar la depresión. Pero, además de hablar, habrá que actuar. Se sugieren mil actividades para mejorar la autoestima y realizar comportamientos que, de rebote, potencien en nosotros ideas sanas, sentimientos de excelencia, positivas conductas. Por ejemplo, nos sugiere Bernabé Tierno: "El ejercicio físico moderado, los paseos a buen ritmo, practicar el tai-chi, buscar el contacto con la naturaleza, realizar técnicas de relajación, ocuparse en actividades que siempre resultaron agradables, escuchar música alegre y/o relajante (existe la musicoterapia), asistir a talleres de risoterapia, buscar una razón, un porqué motivador para vivir... son buenos recursos. También se puede recurrir a la química, a los medicamentos, pero sin todo lo anterior, los medicamentos no curan." Fuente

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